jueves, 3 de noviembre de 2011

Lista Completa Varietales




A continuación le damos una serie de datos importantes a tener en cuenta del fascinante mundo del vino.

Varietales y Genéricos

Los vinos se pueden dividir en varietales, y genéricos o de corte.
Los varietales son los vinos que se elaboran completa o casi completamente a partir de una sola variedad de uva o cepa (deben tener por lo menos un 80 % de la misma variedad). En la etiqueta figura el nombre del cepaje.
Entre los varietales clásicos se destacan entre las cepas tintas: Cabernet Sauvingnon, Malbec, Merlot, Syrah; y entre las cepas blancas: Chardonnay, Chenin, Sauvignon Blanc, Riesling, Torrontés. Si bien en Argentina se elaboran excelentes varietales, adquieren relevancia el Malbec entre los cepajes tintos y el Torrontés entre los cepajes de uvas blancas. 

Los genéricos o de corte, en cambio, surgen de una combinación de dos o más variedades de uva, es decir son aquellos logrados a partir de dos o más cepas diferentes. Se los denomina también coupage o ensamble, o directamente vino fino tinto o blanco, como figura en sus etiquetas. El Malbec es una variedad para consumir como vinos varietales y bivarietales, siendo un buen compañero para cortes con Cabernet Sauvignon, Merlot, Bonarda y Syrah.

Los vinos "bivarietales" han adquirido mucho desarrollo en los últimos años; siendo vinos de corte, elaborados por dos tipos de uvas que lo caracterizan y le dan aportes únicos, como los clásicos Cabernet Sauvignon-Malbec, Cabernet Sauvignon-Melot, Merlot-Malbec, Syrah-Malbec.
Hay cepas que aportan más color, otras más estructura. En el caso de los tintos está relacionado con la cantidad de tanino, y en el caso de los blancos en relación a la acidez, permitiendo de esta manera que el vino se torne más complejo. 
Tanto los vinos varietales como genéricos o de corte son denominados jóvenes si son para consumirse dentro del período de un año, y de crianza o guarda si son elaborados para consumirlos a más largo plazo.



Cepas


Entre las cepas blancas importantes podemos mencionar el Chardonnay, Chenin, Sauvignon Blanc, Semillón, Riesling, Moscatel, Traminer, Torrontés, Ugni Blanc, Pedro Ximénez, Gewürztraminer, Viognier, Gamay y Tocai Friulano.
Entre las cepas tintas, las más características son el Cabernet Sauvignon, Merlot, Malbec o Malbeck, Pinot Noir, Syrah, Lambusco, Sangiovese, Petit Verdot, Tannat, Tempranilla, Barbera y Bonarda.
Los principales productores del mundo son: Argentina, Alemania, Chile, España, Estados Unidos, Hungría,  Francia, Italia, Portugal, Sudáfrica y Uruguay.
Y los principales consumidores son: Brasil, Canadá, Gran Bretaña, Holanda, Japón y México.
Cepas Tintas
Cepas Blancas
Cabernet  Sauvignon: Es considerada la reina de las cepas tintas, y es de origen francés.
Cuando las uvas maduraron bien y al tiempo adecuado, este cepaje tinto puede permanecer largos años en la apreciada botella que lo guarda.
Se destaca su producción en los viñedos del Médoc y Graves en Burdeos (Europa), en las soleadas colinas de Napa Valley en California (Norteamérica), en el apreciado Valle del Maipo de los Andes (Sudamérica) y en las frescas laderas de Coonawarra (Australia).
Chardonnay: De origen francés, es considerada la variedad indicada para elaborar los más finos vinos varietales blancos. Es considerada la reina de las cepas blancas, siendo también utilizada como base para algunos vinos blancos genéricos o de corte, y para champañas de excelente calidad. Es una variedad fácil de cultivar, y muy resistente.
Merlot: De origen francés, otorga cuerpo y aspecto frutado a los vinos cultivados, siendo una de las principales variedades mundiales para elaborar vinos tintos. Ha formado además interesantes cortes de varietales, originando grandes vinos.Chenin: También denominada Chenin Blanc, es de origen francés, y logra tanto en la región de cuyo como del noroeste de la Argentina muy buena calidad, con singular cuerpo. Es utilizada también como base para lograr excelentes espumosos o champañas, y se obtienen a partir de esta cepa vinos secos, semi secos y dulces de calidad destacada. Necesita abundante sol para madurar bien.
Malbec: Es una cepa de origen francés muy extendida, y propia de la vitinicultura tinta argentina. Ha logrado importantes premios internacionales, y expertos afirman que posee mayor calidad en esta región que en la originaria.Sauvignon: También denominada Sauvignon Blanc, luego de la Chardonnay es la variedad más fina entre las cepas blancas de origen francés. En el país, sobre todo en la región de cuyo, no ha perdido en absoluto las virtudes francesas obteniéndose de esta variedad excelentes y delicados vinos blancos secos; mundialmente puede utilizársela sola o combinada con otra importante variedad como el Semillón.
Pinot Noir: Es una cepa de origen francés, siendo una de las variedades más selectas para elaborar vinos varietales mundiales. Si bien en el país son escasas sus plantaciones, éstas son de excepcional calidad.Semillón: Este cepaje otorga características destacadas para obtener vinos dulces o para vinos secos de largo envejecimiento. En la Argentina ha logrado auge especialmente en la zona patagónica andina. Este cepaje puede utilizárselo solo o combinado con otra destacada variedad, el Sauvignon Blanc.
Syrah: Se supone que su origen proviene de persia, y que los cruzados la llevaron al territorio francés. Es muy utilizada en nuestro país con excelentes resultados.Torrontés: Es origen español, y se la produce en Argentina adquiriendo su excelencia en la región del noroeste. Ha logrado importantes premios internacionales con su particular sabor; siendo la variedad blanca típica que representa al país internacionalmente.
Sangiovese:  De origen italiano, y conocida en la antigüedad por los romanos, subsiste en la actualidad en una multitud de subvariedades.
Se ha desarrollado satisfactoriamente en el país considerándola una cepa con la que se pueden elaborar vinos finos de buena graduación alcohólica, con notable equilibrio entre azúcar y acidez.
Pedro Ximenéz: Proviene de la región ibérica, donde los españoles la utilizan para elaborar jerez. Se ha extendido intensamente por el terruño argentino siendo ampliamente cultivada.
Tempranilla: Es una variedad tinta muy desarrollada en la península ibérica por los grandes viñedos españoles, su denominación señala las características de una maduración temprana, siendo privilegiada porque mejora notablemente los cortes en los que interviene. En el país se la cultiva ampliamente en la zona de cuyo. Originalmente utilizada para coupages o ensambles, actualmente es empleada en vinos varietales y es una variedad muy interesante como alternativa para el futuro.Tocai Friulano: Se disputa su origen entre las zonas húngaras e itálicas, y se ha difundido en la región local de cuyo. Por lo general se lo encuentra en blancos de corte acompañando al Semillón, Chardonnay o Riesling.
Bonarda: Cepa clásica de la península itálica que se ha extendido en la región argentina. Como varietal a veces se la corta con un mínimo de Cabernet Sauvignon o de Malbec. Ugni Blanc: Originaria del centro de la península itálica donde se la denomina Trebbiano. Posee un rendimiento generoso y en el país se la aplica a varios cortes de vinos blancos y en el vino base de los champagnes.
Petit Verdot: Cepa muy antigua cultivada en el territorio francés antes que la emblemática Cabernet Sauvignon, que posee un lugar de interés en la combinación de vinos tintos aportando en los vinos de corte intensidad de color, riqueza aromática y de taninos, junto a un interesante suplemento de alcohol, que ayuda sin duda a presentar estabilidad en los vinos durante su envejecimiento en la botella.Riesling: Originario de los climas fríos europeos, pertenece a un noble cepaje del norte de la frontera alemana. Ha respondido bien a su cultivo en climas más cálidos, como en el continente australiano, y también ha evolucionado en nuestro país perfectamente.
Se destaca por su excelente aptitud para el envejecimiento y se ha expandido notablemente por el mundo.
Greco Nero: Cepa muy antigua que proviene de la parte meridional de la península itálica, su nombre posiblemente indique su origen mediante el ingreso por parte de los colonizadores griegos que en el siglo VII y VI antes de la era cristiana fundaron la denominada Magna Grecia.
Esta variedad posee una resistencia notable a las enfermedades criptogámicas y a las adversidades climáticas, y se adapta fácilmente a los climas templados – cálidos. Por tal motivo se ha arraigado firmemente en la región cuyana de nuestro país, más específicamente en la provincia de San Juan.
Gewürztraminer o Traminer: Recibe su denominación de la villa Tramin o Termeno, situada en el alto valle del Tirol italiano. El nombre Gewürztraminer se generalizó cuando en la región de Alsacia se reglamento su utilización. En variadas regiones se continúa denominando simplemente Traminer aunque sea el mismo cepaje.
Localmente se difunde tanto en la región de cuyo como en la patagónica, obteniéndose en ambos lugares muy buenos resultados.



Descripciones
Principales Descripciones de los Vinos
BlancosTintos
ColorIncoloro
Pálido
Medio
Intenso
Profundo
TonalidadAmarillo
Amarillo Pajizo
Dorado
Oro
Ámbar
Ocre
Púrpura
Guinda
Granate
Rubí
Teja
Castaño Rojizo
Caoba
AromaFloral
Linalol - Geranio - Violeta - Jazmín - Azahar - Rosa.Frutal Cítrico (Limón, Pomelo, Naranja)
 Carozo (Durazno, Damasco)
Pepita (Manzana, Pera, Uva)
Seca (Almendra, Avellana, Nuez)
Varios (Ananá, Melón, Plátano, Mango)
Vegetal Fresco (Eucalipto, Menta, Pasto Cortado, Hierbas)
 Seco (Té, Tabaco)
EspeciasOrégano
Madera Fenólico (Vainilla)
Resinoso (Cedro, Roble)
 Tostado (Ahumado)
CaramelizadoManteca - Miel
MicrobiológicoLevadura - Láctico
FloralVioleta - RosaFrutal Bayas (Cassis, Grosella, Frutilla, Zarzamora)
Carozo (Ciruela, Cereza, Guinda)
Seca (Almendra, Avellana, Higo, Nuez)
VegetalFresco (Aceituna, Calahorra, Eucalipto, Menta)
Seco (Té, Tabaco).
EspeciasCanela - Clavo de Olor - Pimienta
MaderaFenólico (Vainilla)
 Resinoso (Cedro, Roble)
Tostado (Ahumado, Café)
CaramelizadoChocolate - Melaza
MicrobiológicoLevadura - Láctico
SaborDulzor: Seco - Semiseco - Dulce o Abocado
Acidez: Falto Acidez - Refrescante - Acido
Amargor: Sin Amargor - Leve - Medio - Notorio
Cuerpo: Ligero - Medio - Completo - Pesado
Descripciones Aromáticas - Varietales Blancos
ChardonnayCheninSauvignon BlancSemillonTorrontés
JazmínJazmín
Rosa
Geranio
Limón
PomeloPomeloPomelo RosadoPomelo Rosado
Cascara Naranja
DuraznoDurazno
Damasco
ManzanaManzana Verde
Uva Moscatel
Pera
AnanáAnanáAnaná
Melón
Plátano
MangoMango
NuezNuezNuez Moscada
Pasto CortadoPasto Cortado
Hierbas
Vainilla
Manteca
MielMielMielMiel
Orégano
AhumadoAhumadoAhumado
Descripciones Aromáticas - Varietales Tintos
BonardaCabernet SauvignonMalbecMerlotSyrahTempranilloPinot Noir
Violeta
RosaRosa
Cassis
FrutillaFrutillaFrutilla Fresa
FrambuesaFrambuesa
Mora
Zarzamora
GrosellaGrosellaGrosella
CiruelaCiruela
CerezaCerezaCereza
GuindaGuinda
Almendra
Avellana
Higo
Nuez
Tabaco
PimientaPimienta Negra
Pimiento Rojo
Pimiento Verde
Pimiento
Dulce
Pimienta
PimientaPimienta Suave
ClavoClavoClavoClavo
CanelaCanelaCanelaCanela
Vainilla
Cedro
AhumadoAhumado
Café
ChocolateChocolate
Melaza

Espumosos

El conocido internacionalmente como Champagne, es un vino espumante que se origina y produce en la región septentrional de Francia del mismo nombre (que significa campiña), donde se destacan dos ciudades francesas productoras de esa región: Reims y Epernay. Solo los productos elaborados en esta región pueden denominarse champagne, con cepajes cultivados estrictamente dentro de la zona delimitada, y efectuando el tradicional método champenoise de fermentación en botella.  
Todos los demás vinos espumantes producidos en otros lugares del mundo han adquirido esa denominación para identificar a la apreciada bebida.  
En la misma Francia, fuera de los limites de la región mencionada se elaboran los mousseux que significa espumosos o espumantes, en España se denominan cavas, en Inglaterra y Estados Unidos sparkling wines, en Alemania sekt, y en otros países directamente espumantes.
El tradicional Champagne se elabora a partir de tres cepas la Pinot Noir, la Pinot Meuniere y la Chardonnay, donde las dos primeras son variedades tintas que se vinifican en blanco retirando rápidamente el hollejo de las uvas para evitar la coloración. La última cepa es considerada la reina de las blancas, y también puede elaborarse la bebida directamente con variedades blancas o en su totalidad con la emblemática Chardonnay.  
En Argentina se utiliza la cepa Chardonnay cortada con Ugni Blanc, Chenin, Semillón o Riesling, y hasta Torrontes para los denominados "Blanc de Blancs". También se utiliza Chardonnay con Pinot Noir que se denominan "Blanc de Noirs". Cuando posee mayor proporción de uvas tintas que de blancas o se elabora en su totalidad con Pinot Noir se denomina "Rosé".  
En Argentina como en casi todo el mundo se utiliza en método tradicional "Champenoise" que exige dos fermentaciones, la primera es de unos doce días y se realiza en tanques de acero, la segunda se produce en la botella, la misma que llegará a la mano del consumidor. Es esta fermentación la que produce por la temperatura y la presión el nacimiento de las burbujas, que puede variar de nueve meses en adelante según los productores. Luego pasan las botellas a unos muebles de madera donde se las coloca con una inclinación que mantienen los cuellos de éstas hacia abajo. Luego son movidas desde la base un octavo de vuelta durante aproximadamente seis semanas a cuatro meses; de esta manera, los sedimentos o impurezas no se adhieren a las paredes de la botella y se van alojando en el orificio de un corcho provisorio.
Al terminar la segunda fermentación, se produce lo que se llama el degüelle de la botella (degorgement), operación que actualmente se efectúa congelando el cuello de la misma. Esto permite concentrar mejor los sedimentos o impurezas, que son expulsados con la forma de una masa sólida. Luego se repone el mismo vino base y el denominado licor de expedición o de tiraje, compuesto por champañas añejadas, levaduras, azúcar cande y coñac.  Según la proporción o dosaje (dosage) que se agregue como licor de expedición o de tiraje al vino espumoso, antes del encorchado final, se obtendrá la clase de champaña (champagne) denominada “Nature” (sin azucar), “Extra Brut” (seco con poco dosaje de azúcar, menos de 5 gramos por litro), “Brut” (seco, entre 5 gramos y 15 gramos de azúcar por litro), “Sec” (seco o apenas dulce), “Demi Sec” (semi seco o semi dulce, porque es un espumoso tirando a dulce, entre 20 gramos a 45 gramos de azúcar por litro), o “Doux” (dulce).  
Las cuatro primeras clases enunciadas, que son las mas secas, son los ideales para acompañar comidas, y las dos últimas son preferibles para brindis y acompañar masas y postres variados. La clase “Brut Nature” (libre de todo dosaje) es una categoría novedosa para peculiares champañas.  
La levadura es un microorganismo responsable de la fermentación alcohólica, que transforma el azúcar en alcohol y en gas carbónico, esto último crea la presión.  
Finalmente luego del degüelle de la botella y agregado del licor de expedición se realiza el encorchado definitivo, con corchos de suma calidad rodeados de alambre, para evitar desencorchados espontáneos.
Los vinos elaborados fuera de la Champagne poseen diversas categorías y formas de producción; pudiéndose clasificar dos sistemas importantes en la elaboración de espumosos según el método: tradicional o champenoise (champagne - cavas - espumantes); y espumosos fermentados en grandes recipientes y cierre hermético de acero inoxidable sistema charmat (granvás), cuya elaboración de un mes aproximadamente es, sin duda, más corta que el sistema tradicional o champanoise.
Actualmente el champagne se ha convertido en una D.O.C. (Denominaciòn de Origen) que distingue el producto francés de otros espumantes naturales, elaborandose en Francia en cinco áreas bien delimitadas: Marne, L´Aub, L´Aisne, Haut Marne y Siene Marne, donde se supervisa que la producción se efectúe sólo a partir de uvas de las variedades Chardonnay (cepa blanca), y Pinot Noir o Pinot Meunier (cepas tintas).
Sea con vino o champagne en casi todos los idiomas del mundo existe una simple expresión para acompañar el acto de levantar una copa: Salud!, Prost!, Salut!, Cheers!, A Votre Santé!, Serefe!, Zdarovia!, indicando la hospitalidad y unión en un momento lleno de tradición.
Sugerencias
Para percibir con plenitud los aromas y sabores del champagne, al beberlo se debe tener la botella a una temperatura entre 5° y 8° C (grados centígrados).
Los champagnes y espumosos secos, son ideales para beberlos entre los 8° a 10° C, mientras que los semi dulces o dulces se pueden beber entre los 6° y 7° C.
Tener presente que “frapé” o “glacé” no indica la palabra helado, sino casi helado, indicando una temperatura de 0° y 5° C; y que frío se ubica entre unos aproximadamente 6° a 9° C.
Es ideal llenar la copa flauta o tulipa entre la mitad y las dos terceras partes de la misma, para que los aromas fluyan hasta la nariz con toda su intensidad; es recomendable servir poca cantidad y repetir nuevamente si se desea más, evitando así que se caliente el champagne en las copas.
La copa flauta es la más tradicional utilizada en los vinos espumosos, especialmente el champagne, porque su forma en “V” contribuye a la mejor liberación de las burbujas. El fondo de la copa, al ser angular, favorece el tiraje del gas carbónico, y la calidad del espumante se basa en el comportamiento de las burbujas que parten del centro de la copa hacia el centro de la superficie del líquido. Si se aprecian burbujas gruesas y rápidas que suben a la superficie, se advierten signos de juventud; en el caso que sean pequeñas y finas, se advierte calidad; finalmente, la denominada espuma que se debe acumular en el centro de la copa, demuestra que se está en presencia de un espumante o champagne de calidad suprema.
Las botellas, una vez abiertas, para conservar el frío deben colocarse en baldes llenos con cubitos y en lo posible que queden cubiertas hasta sus hombros (angostamiento de la botella), evitando así que la primer copa que se sirva este templada en exceso.
Las botellas antes de abrirse es recomendable que permanezcan en un sitio fresco, oscuro y tranquilo, alejado de olores intensos y con poca variación de temperatura; en lo posible en las mismas condiciones en que se encontraba durante su proceso de fermentación.


Degustación


Los vinos blancos es ideal servirlos a una temperatura de 6° a 8° C (grados centígrados), tratando de mantenerlos, en lo posible, en un balde con cubitos mientras se lo bebe, llenando dos tercios de su capacidad para que la botella quede cubierta hasta sus hombros. Los vinos blancos, antes de servirlos deben ser enfriados paulatinamente evitando colocarlos en al congelador o freezer.
Por lo general los vinos blancos secos se recomienda beberlos entre 8° y 10° C; y los blancos semidulces o dulces aproximadamente de 6° a 8° C.
Los vinos rosados es ideal servirlos a una temperatura de 9° a 10° C, si poseen demasiado extracto se pueden servir aproximadamente entre los 11° y 12° C.
Los vinos tintos deben servirse a temperatura ambiente, aproximadamente entre 17° y 20° C (idealmente entre 16° y 18° C).
Por los general los vinos tintos de consumo anual se pueden beber de 12° a 14° C, los tintos de segundo año sin crianza en madera de 13° a 15° C aproximadamente, los tintos con crianza ligera de 15° a 17° C, y los tintos de larga guarda de 17° a 19° C.
Es recomendable destapar los vinos tintos aproximadamente unos treinta minutos antes de servirlos, porque en ese período al contacto con el oxígeno van liberando los aromas hasta lograr su plenitud.
Tener presente que “fresco” o “temperatura de bodega” indica de 11° a 14° C, y que “chambre”, más que temperatura ambiente, indica un intervalo entre los 16° y 18° C.
Para degustar un vino se aconseja descorchar y esperar unos minutos antes de beberlo para que el vino respire, verificar que el corcho no este deteriorado ni húmedo, y servirlo en copa adecuada de cristal trasparente para no alterar la temperatura con el calor de la mano. El calor de la copa hace subir la temperatura aproximadamente en dos a tres grados centígrados.
Es interesante conocer que a mayor temperatura se potencia en el vino el alcohol, y los sabores agrios y dulces. A bajas temperaturas, en cambio, el enfriamiento fortalece los rasgos amargos y la astringencia de los taninos; disminuyendo paralelamente el desprendimiento de aromas.


La Cata


Si bien para la degustación de  un buen vino se requiere de entrenamiento, podemos enunciar los siguientes pasos esenciales:
Se vierte el vino hasta llegar algo más de la mitad de la copa de cristal transparente.
Se levanta la copa y se inclina unos cuarenta y cinco grados aproximadamente, para observar a contraluz que no posea partículas en suspensión o turbiedad. (Color - Visualización)
Se bebe un sorbo manteniéndolo en la boca y se aspira aire apreciando como se desprenden de la superficie los aromas. (Aroma)
Se hace girar la copa y agitar el vino de izquierda a derecha para que se liberen aromas escondidos y sutiles, aspirándolos lentamente. (Aroma)
Se desliza el sorbo introducido en la boca hacia delante, donde se encuentran las papilas gustativas dulces de la lengua; luego se dirige hacia la parte media de la lengua, a los costados y debajo, donde se ubican los sabores ácidos; y más atrás para apreciar los amargos; los gustos salados se ubican en los bordes de la lengua. (Sabor)
Según su tipo y su calidad, los sabores y aromas de la degustación perdurarán más o menos tiempo en el paladar y olfato. (Degustación)
Las descripciones aromáticas y gustativas que emanan de una botella de vino dependen de la uva; del suelo; del clima; del sol; del tipo de elaboración, fermentación, conservación y cuidado; y de la evolución final en la botella.  
Las sensacions provenientes de la vista, olfato y el gusto sin duda permiten apreciar un vino en toda su plenitud.
Enólogo
Sólida formación científica sobre el proceso complejo de la vinificación, que estudia sobre la conservación y producción de los vinos. La enología es considerada una carrera universitaria, que dura aproximadamente cinco años.
Sommelier
Formación general sobre la cultura del vino, aconsejando sobre el vino a tomar con cada plato en particular. Se realizan cursos que generalmente poseen una duración entre los dos y tres meses.


Conservación


Las botellas de vino deben estar guardadas en lugares frescos, particularmente oscuros, sin luces fuertes directas y preferiblemente acostadas horizontalmente (a diferencia de los licores y destilados como wiskies, que se conservan en forma vertical); lo ideal es que el vino esté en contacto con el corcho para evitar que el mismo se seque, pierda elasticidad y penetre el aire. Los principales problemas durante la guarda son el calor, los cambios de temperatura, la iluminación, la falta de humedad y el contínuo movimiento o vibración, que mantiene el depósito suspendido en el líquido.
Es un mito difundido pensar que un vino cuanto más viejo es mejor. En realidad cada vino posee su momento de apogeo y luego inicia un proceso de declive, cuya duración varía a la vinculación de diversos factores como se la elaboración y tipo de uva, entre otras.
Temperatura
El calor (más de 25º) hace que el vino evolucione más rápidamente en el interior de la botella, y a temperaturas altas puede lograr dañar el contenido, que no logrará adquirir su maduración justa, sobre todo en los departamentos donde generalmente en invierno poseen calefacción por loza radiante. Las bajas temperaturas (menos de 10º), en cambio, impiden la evolución, la botella puede helarse y en casos extremos hasta quebrarse. La temperatura ideal para guardar los vinos abarca desde 12° C hasta los 15º C, a lo sumo se podría llegar a los 20° C. Para medir la temperatura media y sus variaciones es ideal colocar un termómetro.

Iluminación
La iluminación también puede perjudicar el contenido de la botella de vino, es esencial que la bodega este a oscuras pues la luz también acelera el proceso de oxidación. Se debe evitar la exposición de los rayos solares ultravioletas, luces halógenas y fluorescentes. Si se coloca alguna luz, es conveniente que sea débil (aproximadamente 25 watts).

Humedad
La humedad ideal que debería tener, en lo posible, una bodega hogareña, oscila aproximadamente entre el 55 % y el 75%, y para medirla es recomendable poseer un higrómetro. Es bueno saber que la falta de humedad posibilita que el agua del vino se evapore del corcho, y éste al secarse pierde elasticidad, pudiéndose encoger o producirse grietas, lo que deja espacio para que se introduzca el aire que penetra y termina oxidando el vino. Por el contrario, demasiada humedad no solo puede estropear las etiquetas de los vinos, sino que el corcho puede enmohecerse y por ende pudrirse, estropeando el contenido de la botella y transmitiendo olores desagradables.
Para los más exigentes consumidores se pueden adquirir las denominadas cámaras de vino, que poseen un control de temperatura y humedad manteniendo las botellas guardadas en su interior en condiciones óptimas.

Lugares no Deseables
Es importante considerar que en la cocina factores como el calor del horno, la loza radiante en invierno, y la alta iluminación (especialmente lámparas fluorescentes o halógenas), puede perjudicar la evolución del vino. Las bauleras de los edificios generalmente no poseen ventilación, son lugares sumamente secos, y pueden tener almacenados productos que alteren el estado del vino. Las cocheras tampoco son el lugar ideal, pues el humo que expelen los autos por el caño de escape anulan a la larga la guarda del vino.
Se debe evitar guardar el vino junto a otros productos aromáticos como quesos, vinagres, frutas y ciertas legumbres, y desde ya no puede estar cerca de productos químicos.
Recomendaciones
A continuación, como ejemplo práctico, se enuncian una serie de medidas para encarar la organización de una bodega hogareña.
Lo ideal es poder utilizar un lugar apacible y oscuro como ser un sótano, típico en las casas, que esté totalmente limpio con sus paredes pintadas de cal por su capacidad desinfectante y fungicida, sobre todo si el ambiente es húmedo; en lo posible es conveniente asilar térmicamente la bodega evitando cambios violentos de temperatura en el interior de la misma. Una buena circulación de aire evita el desarrollo de hongos y aromas de encierro.
El corcho natural es ideal como material aislante para utilizar en el verano; se debe evitar la utilización de barnices y encolados; también puede utilizarse un equipo de aire acondicionado sumamente silencioso que mantenga la temperatura constante y en los valores aceptables dentro de la bodega, distribuyendo el aire en forma pareja en todo el interior. Si se percibe demasiada humedad es conveniente colocar un deshumidificador inodoro, que actualmente traen incorporado como función los equipos avanzados de aire acondicionado. En el caso contrario, si se percibe muy poca humedad, se puede cubrir el piso con arena en ciertos lugares y rociarle agua.
Si se desean evitar vibraciones se pueden colocar planchas de goma o caucho debajo de la estanterías donde se almacenarán las botellas.
Una vez que las botellas de los vino son abiertas, es recomendable consumir los tintos dentro de los tres días, y los blancos dentro de los dos días. Siempre se debe tapar bien la botella, si es posible con tapones especiales.

Efectos en la Salud


Se ha demostrado que el vino, en dosis moderadas, es beneficioso para la salud. Las estadísticas indican que en países donde se destaca el consumo de vino por habitante, se presenta el porcentaje más bajo de afecciones cardíacas y problemas de hipertensión, se reduce la incidencia de enfermedades o problemas de salud, y por ende se aumenta la longevidad, a diferencia de países con tendencia a ser abstemios o con grandes bebedores.
Es así que se descubrió que los compuestos “fenólicos”, durante la fermentación a través de enzimas, liberan los “flavonoides”, que luego se enriquecen al contacto con la madera. De allí surge un elemento denominado “resveratol”, de gran poder antioxidante, que impide que se formen cuágulos en las arterias.
Además, las células del organismo se van desgastando con el correr de los años, por los compuestos químicos denominados “radicales libres”, generados por medio del mismo oxígeno que todo ser humano necesita para respirar. Por ello el organismo humano genera sus propias defensas, elaborando naturalmente antioxidantes como la vitamina “E” y “C”, que también se obtienen de alimentos vegetales, siendo el vino uno de sus derivados. 
En los componentes de la uva se halla el hollejo, pulpa y semillas. Tanto en el hollejo o piel (externa), como en la semillas o pepitas (interna), se encuentran los “polifenoles” que dan al vino los siguientes elementos: taninos (estructura y envejecimiento), pigmentos (color), y aromas primarios. Estos elementos funcionan contra hongos y la escasez de agua en las viñas, y disminuyen el desgaste o daño de las células en relación con el organismo humano.
Tanto el vino blanco como el tinto son recomendables para beber en las comidas, pero el tinto posee un efecto antioxidante mayor que el blanco. Las variedades de mayor a menor capacidad antioxidante dentro de las uvas tintas son Cabernet Sauvignon, Tempranilla, Merlot, Sangiovese y Malbec.
La pulpa de la uva es incolora, por tal motivo al elaborar un vino tinto se deja el hollejo en contacto con el mosto para que logre la pigmentación, por lo que la fermentación con los hollejos brinda una mayor generación de “polifenoles”. La elaboración del vino blanco, en cambio, se efectúa sin hollejos por eso posee colores casi transparentes y pese a que es saludable beberlo en dosis moderadas la capacidad antioxidante y los efectos sobre la disminución del desgaste celular son inferiores al tinto.
El vino, según los estudios realizados sobre todas las bebidas alcohólicas, incrementan el denominado HDL (colesterol bueno) y decrece el LDL (colesterol malo), incrementa la fibrinolisis (proceso por el cual se disuelve lo espeso de la sangre) y decrece la fibrinogenia (sangre espesa), incrementa los niveles de estrógeno y reduce el nivel de insulina en la sangre, incrementa el fluido de la misma y reduce la presión sanguínea beneficiando la salud. Además, estimula la secreción gástrica  del estómago, mediante un componente del vino denominado ácido cinámico, que estimula la secreción biliar y acelera la digestión de las grasas en el intestino delgado.
Se puede identificar el consumo moderado de vino con la toma constante de dos a tres copas diarias durante las comidas. En personas robustas puede adicionarse de una a dos copas más. Desde ya que las personas cuyos médicos de cabecera les han aconsejado no beber deben abstenerse de hacerlo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario